«A la segunda fue la vencida. En mi segundo viaje a Roma por fin pude disfrutar una parte de su gastronomía. Y esto, fue una verdadera felicidad para un amante de la pizza como yo. Fue gracias a nuestra guía del tour a pie que estábamos realizando y a la extraordinaria amabilidad del gerente de La Reginella d’Italia.

Estábamos realizando una visita por Roma cuando hicimos una parada en el barrio judío. Aproveché para consultarle a nuestra guía mis alergias alimentarias y a pedirle consejo sobre dónde podríamos comer, y sin dudarlo, nos llevó a la puerta de este local y preguntó por el gerente, quien salió para contestar mis dudas y a ofrecerme soluciones y, sobre todo, mucha tranquilidad. Cuando más tarde, acudimos al restaurante a la hora de comer, y tras consultarle dudas sobre ingredientes y procesos, logré decidir qué pizza quería.

Hasta aquí, el trato estaba siendo impecable. Pero es que, al poco de tomarnos el pedido, se acercó a mí y me llamó. Me estaba llevando a la cristalera frente a la cocina para enseñarme cómo elaboraban mi pizza, mientras me contaba el proceso, para que quedara completamente tranquilo. ¡Wow!

Sin duda, mi primera experiencia en un restaurante romano fue maravillosa, y poco importó que mi pizza cuatro estaciones tuviera alcachofas (especialidad de la casa). Hasta el espectacular y crujiente sabor de cada bocado quedó en segundo plano, gracias a la increíble profesionalidad y atención del equipo de La Reginella d’Italia. ¡Os lo recomiendo completamente!»