«Teniendo varias intolerancias alimentarias, una de mis opciones más sencillas es decantarme por comida asiática, que, entre otros, emplea menos fructosa en la elaboración de sus platos.
Así que me animé a probar este restaurante que tiene una carta superoriginal y una decoración preciosa.

Antes de ir, consulté la carta que tienen en su web e hice una reserva añadiendo brevemente mis intolerancias en los comentarios.

Para mí fue clave que nada más llegar al restaurante se acercase el encargado a preguntar quién era la persona con restricciones alimentarias y se ofreciese a responder cualquier duda y a ayudarme a elegir o adaptar los platos de la carta.

Al final nos decidimos por uno de sus Buddha Bowls, sustituyendo el hummus de edamame por aguacate. ¡Estaba delicioso!

Me transmitieron mucha seguridad. Conocen a la perfección cada ingrediente de los platos y me ofrecieron muchas posibilidades de adaptar estos.»